Romance sociológico antropológico de ciencia-ficción. Tratemos de 
encarar esto seriamente. En el mundo en el que se desarrolla esta 
historia, las personas se dividen de acuerdo a su frecuencia. ¿Qué es su
 frecuencia? No se explicita con claridad, pero puede inferirse que es 
una combinación de muchos factores: el cociente intelectual y la suerte.
 A una persona de frecuencia alta, el azar la favorece (se toma los 
trenes siempre a tiempo, encuentra plata tirada, por ejemplo) mientras 
que a uno de frecuencia baja, bueno, pues, no. A cierta edad, los niños 
(que arbitrariamente tienen como nombre de pila los nombres completos de
 célebres personalidades del mundo de la ciencia, de modo que los 
protagonista se llaman Marie-Curie Fortune y Isaac-Newton Midgeley), los
 niños, decía, realizan un test que determina cuál es su frecuencia, 
expresada en un número. Ese número, a su vez, determina su futuro. El 
conflicto de la película es que el pequeño Zak queda prendado de Marie. 
Zak tiene frecuencia negativa, en tanto que Marie tiene una frecuencia 
excepcionalmente alta. Cuando están juntos, luego de un minuto la 
naturaleza comienza a comportarse de forma impredecible, pero siempre 
peligrosa, de modo que Zak se pasa la vida intentando encontrar una 
fórmula que eleve su frecuencia para poder estar con Marie (hay que 
decir que Marie es tan inteligente que no puede sentir emociones, así 
que poco le importa lo que quiera Zak). ¿Cómo funciona todo el asunto? 
Nunca se explica. De hecho, no se explica ninguna premisa. Y cuando hay 
explicaciones, son eso que los angloparlantes llaman: mumble jumble. 
Puro humo que mezcla términos semi-científicos con magia y Agencias 
Secretas Gubernamentales (oh, sí). Los personajes de pronto se ponen a 
declamar monólogos ilustrativos que se enredan sobre conceptos como el 
destino, el libre albedrío, la voluntad, la manipulación, la 
determinación, la providencia, etc. sin llegar a ningún lugar. Y no es 
que uno le pida a la película que ilumine especialmente cualquiera de 
esos asuntos, lo único que le pide es que lleve su propia historia a un 
punto de coherencia, algo que no ocurre. Que no nos tiemble el pulso 
para darle un 1. Por Leo.
Nota: el título internacional es Frequencies.
Puntajes:
Federico:
Fito: 
Gastón:
Leo: 1
Martín:
Rodrigo:

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