Cronenberg nos propone aquí un guión que funciona cual mecanismo de relojería. Por un lado, tenemos una clínica psiquiátrica (regida por el ambiguo Dr Hal Raglar, un estupendo Oliver Reed) que implementa un curioso método conocido como psicoplasmosis. Por otro, la historia de Frank y Nola, padres de Candy, en pleno proceso de separación ya que la segunda se encuentra internada en dicha clínica, aparentemente sin recuperación. Este drama familiar está llevado con tenso pulso, pero no olvidemos que estamos ante un film de horror (estupendamente logrado) así que pronto comienzan a ocurrir extraños ataques. El director canadiense se las ingenia para lograr que una amenaza a priori risible sea escalofriante. Y con un timonazo final de la historia (que al menos a mi, se me tornó impredecible) alcanza un vigoroso 4. Por Fito.
Puntajes:
Federico: 3
Fito: 4
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario