Si, tal vez podría haber sido un show de Stand Up del gran Billy Crystal, pero sin embargo, en este repaso autobiográfico desde su infancia en Long Island, sus fuertes lazos con la escena del Jazz en Manhattan hasta su vida de adulto, tocando aspectos emocionales de su familia, de sus pasiones, de sus búsquedas, de sus aciertos y sus fracasos, termina por tener un manto a obra de teatro en Broadway, con objetivos bastante más profundos que simplemente hacer reír. Y alguien con las tablas y el mundo de Crystal logra esos objetivos con creces. Es un show gracioso, emotivo, profundo, amoroso y hasta triste en algún momento, y le permite al talentoso comediante mostrar un rango bastante amplio de lo que puede llegar a hacer. No es que a esta altura de su vida y carrera deba demostrarle nada a nadie, pero no imaginan cuan refrescante es verlo en escena abierto, franco y vulnerable por momentos, con todo ese bagaje que sólo la experiencia y la vida vivida pueden dar. Sólido 4. Por Rodrigo.
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Martín:
Rodrigo: 4
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