Abe McQuown y su banda tienen completamente dominado al pueblo de Warlock, al que someten a su tiranía de manera regular. Cansados de no poder hacerle frente y ante que la ley no actúa, el pueblo contrata los servicios del tremendo pistolero Clay Blaisedell (Henry Fonda) para que oficie de sheriff de facto. Blaisedell sorprende a todos al llegar acompañado por un conocido asesino a sueldo, Tom Morgan (Anthony Quinn) y al actuar no exactamente de la manera que ellos esperaban. Por extraño que parezca, la tercera opción está en manos de Johnny Gannon (Richard Widmark), uno de los hombres de McQuown que está cansado de como hace este las cosas. Buen western de Dmytryk, con personajes bien construidos sin caer en maniqueísmos, una trama compleja (que tiene incluso apuntes sobre homosexualidad, algo bastante curioso para la época), buenas actuaciones (especialmente Widmark y Quinn) y cuando hay tiros, hay tiros. Le sobra fácil sin embargo más de veinte minutos y estos que sobran están además luego del clímax final, por lo que son difíciles de ver. Es un 3 muy sólido, en todo caso. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 3
Gastón:
Leo:
Martín:
Rodrigo:
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