Dentro de la reinvención de Liam Neeson como héroe de acción destaca- por su asiduidad- su serie de colaboraciones con el director español Collet-Serra (responsable de esa pequeña joya del cine de terror que es "Orphan") con el que alcanza la tercera en esta que aquí nos ocupa. Y si teníamos la absurda "Unknown" y la redonda "Non Stop" ahora nos encontramos en algo que en un principio es un tibio término medio. La historia de Jimmy "The Gravedigger" Conlon, otrora uno de los asesinos más temibles de la mafia irlandesa, hoy día venido a menos por el alcohol y las culpas, que por vueltas de la vida tiene que volver a la acción (y contra su propia banda, nada menos) para salvar a su hijo Michael (Joel Kinnaman). Obviamente, cuando sea necesario, Jimmy mostrará que de "venido a menos" nada y apilará enemigos uno atrás de otro, hasta llegar a límites de lo absurdo (en particular cuando la película exagera y mete a ese ridículo asesino profesional interpretado por Common). Gente como Ed Harris, Vincent D'Onofrio, Nick Nolte, Boyd Holbrock y Bruce McGill tratan de poner de su parte con oficio, pero inevitablemente la cosa- de manera lenta pero segura- va cayendo hacia el más absoluto desinterés. Un 1. Por Fito.
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