Una tribu maorí traiciona a otra y realiza una masacre. El único sobreviviente reclutará la ayuda de un guerrero maldito para perseguir a los traidores y vengarse. Una suerte de prima neozelandeza de Apocalipto que a pesar de las estupendas coreografías de acción y momentos épicos (con actores ignotos pero muy a tono) cae en demasiados momentos muertos y reflexiones pasadas de mística al punto de perderme como espectador. Un podado de algunos minutos (15, digamos) la hubiera dejado redondita, así como evitar tan al dedillo recorrer "el camino del héroe". Casi, casi, pero queda en un 2. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 2
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