Habíamos dejado a los sobrevivientes del laberinto en la primera parte en un helicóptero hacia algún lado. Abrimos esta segunda parte con el grupo llegando a un destino e intentando descifrar qué diablos es lo que sucede en el mundo a su alrededor y por qué ellos están metidos en el entuerto en el que están metidos. Una vez más lo que podría haber sido bueno, no lo es, y me queda claro que varias de las premisas que quedaron abiertas en la primera parte, lejos de ser retomadas y explicadas, caerán en el olvido con las consecuentes partes de la saga. Este género tan actual denominado Young Adult Fiction (YA), es una fuente de desilusiones hasta ahora, y en este caso, una vez más rápidamente empiezan los problemas cuando tenemos un grupo de adolescentes que aparentemente no tienen ni un hormona activa en sus cuerpos ya que no parecieran tener deseos sexuales de ningún tipo y son moralmente superiores a la hora de "respetar a la dama del grupo", al mismo tiempo que se desvían de su camino para rescatarla siempre que se encuentre en un apuro. Muchas correrías, gran habilidad para salir de problemas y para solucionar situaciones imposibles siempre en el último suspiro y en la última derrapada. Es impresionante además cómo las decisiones, las elecciones que deben tomar son siempre acertadas incluso cuando no tienen ningún conocimiento de causa más allá de la intuición o la pura y dura suerte. La causalidad sigue a la orden del día para solucionar situaciones, muchos, pero realmente mucha cantidad de "come on", "move", "go, go, go", "let's go" y todos estos indicativos de premura y urgencia… qué se yo… se podría hacer tanto más… otro 1. Por Rodrigo.
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