Ritchie, un inspector de bromatología que es despedido porque resulta
que tiene antecedentes penales, se entera de que su padre está muriendo.
Este padre es una de las razones por las que a Ritchie le cuesta tener
una vida normal y encima no le cree una palabra al viejo porque siempre
ha sido un chanta. De hecho, el viejo (el siempre carismático
Christopher Walken) ha hecho del chantaje y las jugarretas su modo de
vida. Termina todo en una road movie de manual, sin ninguna sorpresa
pero entretenida. Película de fórmula que no puede fallar pero deja poco
al final. Por si a alguien le queda dudas de como se hace una peli de
manual, aparece Sharon Stone tal cual fuera un condimento que realza la
ensalada. Un 3. Por Gastón.
Puntajes:
Federico:
Fito: 4
Gastón: 3
Leo:
Martín:
Rodrigo:
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