Aprovechando el envión que le significó la serie Hercules, Kevin Sorbo agarró este Conan descartado por Arnie y rebautizado como Kull (otro personaje creado por Robert E. Howard, pero muy menor en comparación con el Cimmerio) y protagonizó una tan elemental como mala película de "sword and sorcery". La producción es bajísima- basta ver las escenas de combate o los momentos que aparece "el pueblo" (escasa docena de personas) en la ciudad- y la historia no es más que un refrito que se ha visto mil quinientas veces. Con todo, Sorbo es simpático y hay aspectos de atorrantez feliz (la banda sonora metalera, el villano con el peor corte de pelo de la historia de Thomas Ian Griffith) que la hacen por momentos entretenida. 2. Por Fito.
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