Llega el verano a la Isla de Manhattan y se llena de "solteros de verano", estos son los maridos que deben quedarse trabajando en la ciudad mientras sus esposas e hijos viajan de vacaciones. Esta circunstancia pone por demás contentos a muchos, pero no a Richard Sherman (un notable Tom Ewell) un hombre de mediana edad que se define a sí mismo felizmente casado y se promete no fumar, no beber y- por supuesto- no alternar con jovencitas de ninguna manera. Pero lo que no puede imaginar Sherman es que la mayor tentación del mundo se acaba de mudar al piso de arriba de su casa, corporizada nada menos que en Marilyn Monroe. Y yo quiero ver quien es el gallito que te dice que Marilyn no lo tienta. Richard de seguro, no. Extremadamente divertida, la comedia va subiendo de volumen a medida que el pobre Richard no puede (no quiere tampoco) evitar a la vecinita, que es una mezcla infernal entre inocencia y sensualidad (algo que Monroe hacía a la perfección y para todos los que dicen que era pésima actriz, en comedias como esta brillaba como pocas) generando carcajadas ruidosas. Y en pocas películas además, Marilyn Monroe fue tan Marilyn Monroe como en esta. La legendaria escena donde le baila el vestido sobre el respiradero del metro es, simplemente, infartante. 4. Por Fito.
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