19 años después del asesinato del presidente estadounidense Tim Kegan, su hermano Nick (juvenil Jeff Bridges) descubre la existencia de un segundo tirador en aquel atentado y la realidad de una conspiración detrás del magnicidio. Así, tanto esta película como la novela de Richard Condon sobre la que se basa, toma como modelo (hasta el último detalle) el asesinato de John Fitzgerald Kenndy y lo recrea en uno de esos thrillers políticos conspirativos tan caros a fines de los setenta y ochentas pero nunca queda claro si no es en verdad una parodia a ese tipo de películas, dada la cantidad de circunstancias absurdas y personajes semi humorísticos que figuran. El cúmulo de apariciones de actores reconocidos (John Huston, Anthony Perkins, Eli Wallach, Sterling Hayden, Dorothy Malone, Ralph Meeker, Toshiro Mifune, Richard Boone) en cuasi cameos no ayuda a decidirse tampoco. Por un rato seguir a Nick en sus descubrimientos, escapes de intentos de homicidio y persecusiones, entretiene, pero dura sólo un rato. Sobre el cierre, es demasiado caos e incomprensión sobre qué quisieron hacer realmente. 2. Por Fito.
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