A partir de la aparición de un navío sin control ni tripulación aparente, en la frontera entre Suecia y Dinamarca, nuestros héroes de la temporada pasada, Saga y Martin, se vuelven a encontrar. Rápidamente surge la continuación de los dilemas no resueltos de la temporada anterior, sobre todo con los fantasmas que persiguen a Martin. Hay un grupo terrorista ecologista anti capitalista responsable del navío en cuestión, hecho que es solamente la punta del iceberg. Enseguida se suceden hechos de terrorismo que implican distintas demandas o denuncias del estilo "si nosotros contaminamos el ambiente en pasies del tercer mundo para conseguir comida barata, entonces merecemos morir contaminados con la comida". Obviamente, todo gira en torno a atrapar a los culpables antes del siguiente golpe, cosa que no siempre sale bien o se llega a tiempo. Por la mitad de la temporada, los guionistas tienen el tino de cambiar el enfoque y empezar a perseguir a otra gente, lo cual funciona como una especie de solución antiaburrimiento de persecución gato-ratón; cambiamos de ratón y la cosa vuelve a ser divertida. Sigue siendo una muy buena serie con personajes, a veces un tanto caricaturizados, pero quienes al fin y al cabo nos importan. Un final dramático e inesperado le da el punto que le faltaba para el 4. Por Gastón.
Puntajes:
Federico:
Fito:
Gastón: 4
Leo:
Rodrigo:
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