La clásica historia de Frankenstein y su monstruo pero contada desde la perspectiva de Igor, su asistente. Ya cuando el punto de partida es el de un personaje específicamente cinematográfico (Igor jamás aparece en la novela) poca fidelidad podemos esperar al clásico de Mary Shelley, pero está bien, no es necesario ser un purista (miren si no las maravillas que logra "Penny Dreadful" con su ensalada pulp con estos mismos personajes entre otros). El problema llega de una absoluta falta de guión (todo pasa porque si, como el hacer de Igor una suerte de Dr. House jorobado -jorobado por un ratito nomás, no nos olvidemos que lo interpreta un sex simbol- que vive en un circo), de personalidad (queda claro que tratamos de hacer nuestro propio "Sherlock Holmes" a lo Guy Ritchie) y de narrativa (los sucesos van pasando sin ninguna emoción, nunca jamás). La historia es tremendamente estúpida y lleva a preguntarse qué necesidad tienen tipos como James McAvoy o Daniel Radcliffe de meterse en porquerías como esta. No puedo creer que les falten mejores oportunidades. De los dos, Radcliffe es el que está mejor (aunque no puedo dejar de verlo siempre como un pibe de 13 años que se coló en una fiesta de grandes) mientras que McAvoy confunde sobreactuación con intensidad. Hay alguna que otra cara conocida más en el elenco (Andrew Scott, Charles Dance) pero nadie logra nada. Malísima. 1. Por Fito.
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