Warren (Glenn Maynard) es un hombre simple, de pocos intereses. Tiene su camioncito en el que vende helado, su gato y su "soap opera" de la tarde. Todo desbarranca en el comienzo mismo de la película, ya que pisa sin querer con su camioncito a su gato y se le instala frente a su lugar habitual de venta de helados un violento fiolo con su respectivamente violenta puta. El director Simpson nos invita a un viaje a la psiquis de Warren y como lentamente va entrando en ebullición. Y el problema operativo pasa justo por lo "lentamente". Para una película de escasos 85 minutos, nos pasamos mucho rato esperando que pase algo, para que pase a escasos segundos del final. Y a pesar de la entrega en el protagónico de Maynard y un clima tragicómico bastante bien logrado, no alcanza. Queda en un 2. Por Fito.
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Federico:
Fito: 2
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