Un cazador de recompensas (Henry Fonda) llega a un pueblito donde es mirado con malos ojos por todo el mundo salvo el joven sheriff local (Anthony Perkins), quien lo aprovecha pronto como maestro ya que se le viene encima una situación de violencia para la que no está preparado. La película- filmada con la elegancia habitual de Mann- va de eso y de dos maneras de ver el deber y la justicia (y en las que ambas tienen un punto de razón y eso es lo más interesante), amén de crear pequeñas historias para un puñado de secundarios (elenco de primera: Betsy Palmer, Neville Brand, Lee Van Cleef y ese gran robaescenas que es John McIntire) que construyen otra gran historia del siempre mítico lejano oeste. Un 4. Por Fito.
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Federico:
Fito: 4
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