Seis meses luego de que su hermana gemela se suicidara, Megan viaja a la vieja casona en medio del pantano con sus amigos a pasar el Solsticio de Verano. Ya en camino, encuentra una revista (¿?) dónde se advierte que es este el mejor momento del año (¿?) para contactar con los muertos. Y desde el pique, Megan siente que hay alguien más en la casa. A priori, uno puede desalentarse con ese poster que muestra a jovencitos tan agraciados y el cliché que presupone la misma historia. Vamos, que si los empezaran a matar uno a uno, no se sorprendería a nadie. Por eso, sorprende que la película desarrolle en cambio un misterio muy bien construido, partiendo de distintos flashbacks que cuentan la noche en que la hermana se suicidió y luego en el presente, con varios giros a tono. Tiene sus obviedades, si, tales como el oportuno secundario que sabe hacer un ritual vudú, el viejo ominoso que anda dando vueltas por ahí, los sobresaltos que resultan pesadillas, etc, pero lo cierto es que rinde bastante y es bastante recomendable. Se trata de un remake de un filme danés, lo cual recién me entero, así que por lo pronto vale la pena ver esta versión. 3. Por Fito.
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