A Duvall con los años se ve que le ha pegado por el Western. En este caso en realidad, todo lo que hay de western es el setting, porque finalmente nos encontramos frente a un drama familiar por encima de cualquier intento de película del oeste o mucho menos de thriller policial. Una Sheriff de un pueblucho vuelve a retomar un viejo, viejo caso de más de 15 años de un niño desaparecido lo que la lleva a una rica familia de la zona, los Briggs, integrados por Duvall (el padre), Josh Hartnett (el hijo mayor) y James Franco (el hijo menor), quien parece ser el más decente de todos. Lo dicho, más en clave de drama que cualquier otra cosa y con resultado en general lento. 2 puntos. Por Rodrigo.
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