Un mercenario instalado en Bangkok (Djimon Hounsou) es contratado para encontrar a una chica secuestrada por gángsters locales y convertida en una adicta y prostituta contra su voluntad. Como es un mercenario de buen corazón- de esos que sólo encontramos en las películas- pronto se lo toma personal y con la reluctante ayuda de Jimmy El Inglés (un Kevin Bacon que trata de ponerle algo de onda pero hace el peor acento británico que he escuchado en mucho tiempo) empieza a apilar chinos a troche y moche (usando rifles de francotirador la mayoría de las veces). A mal puerto vamos por agua si con este argumento yo les cuento que lo máximo que causa es aburrimiento, ya que sacando alguna secuencia de piñazos no emociona nunca ni apenas un poquito. Incluye además- y para nuestro pesar- una relación entre el mercenario de buen corazón y una prostituta salvada por él (Jirantanin Pitakporntrakul, que es tan difícil de ver actuar como pronunciar su nombre) que arrastra minutos y minutos de metraje. Es increíble como apenas 91 minutos pueden sentirse tan largos. Un sólido 1. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 1
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