David Foster Wallace es uno de los escritores estadounidenses más importantes de los últimos 30 años, y su monumental novela, La Broma Infinita, es probablemente el acontecimiento central de su carrera. Esta película cuenta la historia de una semana en la vida de Wallace (Jason Segel), durante una gira de promoción de la novela, acompañado por el periodista de The New York Times, David Lipsky (Jesse Eisenberg). Básicamente, el film bebe del best seller de Lipsky: Although of Course You End Up Becoming Yourself, y en rigor está dirigido a lectores de Wallace, dado que una persona que se encontrase por azar con esta película, sin saber quién fue Wallace ni cuál fue su obra, solo vería una especie de road movie bastante anémica. La elección de Segel para el papel de Wallace es, cuando menos, curiosa. No es que Segel está mal, pero tampoco es que esté bien. De hecho, hay algo de pastiche en la película, una especie de collage en la que las cosas se van disponiendo como escenarios más o menos propicios para que Segel represente fragmentos de cosas que Wallace dijo alguna vez. El resultado es un paneo muy superficial de las principales preocupaciones de Wallace, encastradas en un largometraje que, además, carece de la capacidad de gancho necesaria para enviarnos a leer sus libros. 2. Por Leo.
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