El hijo de un ingeniero estadounidense es secuestrado por indios amazónicos y este pasa 10 años tratando de encontrarlo. Para cuando lo logra, el otrora niño es el candidato a mejor guerrero de la tribu y ha olvidado de plano casi todo lo que significaba su antigua civilización. Bajo el dudoso remarque "basado en hechos reales", el normalmente talentoso director Boorman se manda flor de despropósito, insultante con los indios (la tribu que no secuestra niños es caníbal), con los brasileros, en fin, con todo aquel que no sea el Inevitable Hombre Blanco (y gringo, obvio, encarnado por Powers Boothe) que es el único decente a la vista. Esto sería indiferente si la película fuera un carnaval de emociones, pero encima es basicota, predecible y aburrida. Sumemos moserga proecologista y tenemos cartón lleno y tremendo 1. Decepción total. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 1
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