Conseguir una franquicia de éxito es uno de los principales objetivos
para cualquier productora de Hollywood al día de hoy. Con ejemplos tan
paradigmáticos ya como son las sagas de Harry Potter o Crepúsculo, en
los últimos años no ha quedado serie de libros dedicada a
niños-adolescentes-jóvenes que no fuera objeto de estudio de una
adaptación. Y es un tema delicado, porque por cada ejemplo exitoso como
los anteriormente mencionados, existe un Percy Jackson (quien a pesar
del flojo resultado en taquilla consiguió una segunda parte, actualmente
en cartel), una Brújula Dorada, un La Huésped. Es muy difícil poder
estimar cuáles son los elementos específicos y fundamentales para que
la saga en cuestión logre ser un éxito. El alto nivel literario de la
fuente original y las estupendas adaptaciones lo justificaban en Harry
Potter, pero nada de esto existía en la saga Crepúsculo y sin embargo,
el éxito fue similar.
La saga "Los
Juegos del Hambre" de la escritora Suzanne Collins se compone por tres
volúmenes. El primer libro, que le da nombre a la serie, "En Llamas" y
"Sinsajo" (que será dividido en dos películas). La primera adaptación
data del 2012 y fue dirigida por Gary Ross. "Los Juegos del Hambre"
imagina una distopía donde un país (Panem) está dividido en 12 distritos
que viven bajo la sombra de un malvado Capitolio, quien los controla
mediante los juegos del título: una competencia a muerte entre 24
representantes de todas las regiones. Dado el carácter adolescente o
casi de los participantes y el ambiente cerrado donde se realizaba la
competencia, no tardaron en hacerse oír las voces que tildaban a "Los
Juegos del Hambre" de plagio de "Batlle Royale" libro-manga-serie de
películas japonesas en las que pasa más o menos lo mismo y datan de unos
10 años antes de la creación de Collins. Si bien los fans de la saga
que aquí nos ocupa defendieron su amada obra- indicando en todo caso que
la adaptación cinematográfica de Ross dejaba afuera muchísimas cosas
que significaban verdaderas diferencias con "Batlle Royale"- el parecido
era innegable, amén de ser "Los Juegos del Hambre" una película
flojísima, carente por completo de emoción, plagada de lugares comunes,
obviedades, actuaciones muy flojas de todo el elenco y una estética
estridente. A las claras, su secuela prometía muy poco.
Pero
por suerte, a veces Hollywood te da sorpresas. "En Llamas" plantea
desde el principio su conflicto desde una óptica completamente distinta.
La distopía es el argumento en este caso y el malvado Capitolio que
explota a los distritos, el meollo de todo el
asunto. Esta segunda entrega encuentra a Katniss Evergreen (Jennifer
Lawrence) y Peeta Mellark (Josh Hutcherson), ganadores de la edición
anterior de los juegos, en su gira de victoria (que no es más ni menos
que presentarse en los distritos dónde sus representantes murieron).
Evidentemente, es una situación triste e incómoda, pero además se torna
peligrosa ya que el acto de rebeldía de la pareja (negarse a matar el
uno al otro) ha despertado una chispa de rebeldía que crece poquito a
poco con aires de revolución. Toda la primera hora de "En Llamas" es,
por lejos, lo mejor del filme. La tensión presente, la violencia
creciente, los conflictos que van estallando, sorprenden por su
intensidad y su emotividad. Es curioso- y habla muy bien de este filme
en particular- que uno se siente interesado por los conflictos de unos
personajes que habían resultado completamente indiferentes en su primera
entrega.
Esto se debe a tres factores.
El
primero de ellos, la dirección de Francis Lawrence. Lejos, muy lejos,
de ser un autor, Lawrence es cualquier cosa menos garantía de calidad.
Sí sus ejemplos más ilustres son cosas como "Constantine" (2005) o "Soy
Leyenda" (2007) mal podía uno entusiasmarse al saber que era él el
encargado de dirigir esta segunda parte. Y sin embargo, Lawrence imprime
brío y determinación a todo aquello que está comandando. Se las ingenia
que no falta nunca acción- probablemente la película sufra un bajón
cuando nuevamente se vean sus protagonistas involucrados en los juegos
en cuestión, pero incluso allí Lawrence logra lo que Ross nunca logró:
que los juegos sean entretenidos- y logra que los 160 minutos que dura
"En Llamas" no se sientan pesados nunca. El segundo factor es el elenco.
Con la notable excepción de Lenny Kravitz- que da lo mismo tener allí
una pared de espuma plast- todos, absolutamente todos, están convencidos
y entregados en sus roles,
incluso aquellos que en la primera parte no lo estaban. Lawrence (la
actriz, en este caso), Hutcherson, Woody Harrelson, el siniestro villano
que hace de taquito Donald Sutherland y las nuevas inclusiones de Sam
Claflin y Jena Malone, todos se meten bajo la piel de sus personajes. Y
el tercer factor es el mismo argumento. Ya sea la adaptación en cuestión
o que el segundo libro de Collins es mejor, la historia es mucho más
interesante, variada, animada incluso si no está contando nada nuevo o
rupturista. Es una buena historia de ciencia ficción y acción.
Por
supuesto, hay metraje y metraje dedicado pura y exclusivamente a los
romances adolescentes (que despertaron no pocos suspiros, literales, en
la platea que llenó la sala en su función de estreno) y lugares comunes
de cualquier película hollywoodense actual- como que sus secundarios
mueren instantes después de haber cumplido su función- pero con estas
bazas y todo, "En Llamas" cumple
el que sin dudas es su principal objetivo. Entretener y dejar un
interés presente para las entregas venideras. 3.
Puntajes:
Federico: 3
Fito: 3
Gastón: 2
Martín:
Rodrigo: 1
Promedio Tripartito: 2.25
Promedio Tripartito: 2.25
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