Todo fan del cine de horror uruguayo conoce a Ricardo Islas, el aventurado director oriundo de Colonia capaz de filmar una película con 100 pesos, un vaso de granadina y una cámara de fotos. Dependiendo de a quién le pregunten, está catalogado desde "el John Carpenter uruguayo" hasta "el Ed Wood uruguayo". En lo personal, yo lo ubicaría en una zona intermedia, un tipo con cabeza (y sobre todo, corazón) que se anima a filmar el cine que le gusta con lo que puede y tiene. Islas lleva a más de 10 años radicado en EEUU, especificamente en Chicago, y desde ahí ha seguido dirigiendo y escribiendo películas. En esta, la última llegada desde el país del norte y estrenada en el marco del festival Montevideo Fantástico, nos cuenta la historia de una familia latino-hindú en Chicago, quienes reciben de visita sobrinos desde la India que vienen perseguidos por una tremenda maldición que va dejando cadáveres a su paso. Durante un buen rato, es más un drama familiar que una de terror y hay que admitir que ahí está la mejor parte, pero a medida que la cosa se alarga (y le sobran fácil veinte minutos), pierde coherencia interna y encima se nota constantemente el ínfimo presupuesto, va lentamente cayendo en lo inmirable. Y lamentablemente termina por ser un 1 en su recta final, a pesar de todas las buenas intenciones que uno pueda tener. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 1
Gastón:
Leo:
Rodrigo: