Before I Go To Sleep de Rowan Joffe (2014)

Christina Lucas (Nicole Kidman) sufre de amnesia. Pero no de cualquier amnesia. Cortando grueso, podemos divir la amnesia en dos tipos. De corto plazo, que es aquella que suelen sufrir los dementes seniles y los que padecen de Alzheimer, que es la que te hace olvidar tu día a día, y de largo plazo, que es la que suelen sufrir (sobre todo en ficciones) aquellos que reciben un fuerte golpe en la cabeza, y es que la te hace olvidar todo lo anterior al golpe, tu nombre, identidad, contexto, etc. Nuestra desgraciada protagonista sufre de ambas, en un caso que sin dudas sería de estudio científico, pero que a los efectos de la película es simplemente el pacto de verosimilitud planteado y el que debe aceptarse. Y haría bien uno en aceptarlo, porque es la entrada a un thriller de esos que te tiene agarrado al borde del asiento, durante los intensos 92 minutos que dura.
Con esto en mente, vemos el despertar de Christina. Vemos como todas las mañanas lo hace sin saber dónde está, sin reconocer a su esposo Ben (Colin Firth), sin recordar a su terapeuta, el Doctor Nasch (Mark Strong) y teniendo como recursos de autoayuda murales de fotografías que le recuerdan quien es quien y quien es ella, así como una cámara que será parte de la terapia, dónde empezará a registrar para sí misma aquello que va deduciendo. Porque al margen de encontrarse en una vida por completo desconocida cada día, donde su marido tiene que volver a enamorarla cada vez, su terapeuta reiniciar la terapia y una amplia gama de etcéteras, la condición de Christine surge a partir de un virulento ataque sufrido diez años atrás. Y la única que puede descubrir que pasó y quién está detrás de dicho ataque, es ella mismo.
Entonces, en esta curiosa mezcla de "Memento" (Christopher Nolan, 2000 con "50 primeras citas" (Peter Segal, 2004),  vemos que el argumento no será precisamente el más original, pero la clave está entonces en lo efectivo y bien contado de la historia. Y por suerte para nosotros, lo está. El director Rowan Joffe (hijo del mítico Roland Joffe, director entre otras de "La Misión", 1986) oficia además como guionista del relato, que se basa en la novela homónima (homónima en caso del titulo original, "Before I Go to Sleep", no de la absurda traducción que sufrimos en nuestras salas) de S.J. Watson y la adaptación podría funcionar, con algo de ingenio en la puesta, como obra de teatro. Esencialmente se trata de un trabajo de tres actores y un par de espacios, especialmente la casa de Christina. Es menester entonces, más allá de la sobria dirección, de una fotografía fría y hasta algo enervante (cortesía de Ben Davis) y una efectivisima banda sonora de Ed Shearmur (que no desestima los golpes de efecto de una película de terror, con subidones de volumen tremendos), contar con el elenco adecuado. Y es aquí donde yace lo mejor de la película. Nicole Kidman es y ha sido una gran actriz y es una gran noticia que pueda volver a demostrarlo (sobre todo desde que el botox casi que desapareció de su cara y le devolvió bastante de su gestualidad). Su Christina, tan desválida, tan idenfensa, es uno de esos personajes con los que uno empatiza de inmediato. Enfrente, tanto Firth como Strong hacen los suyo, con dos hombres que significan tanto la salvación para la deshauciada Christina, como un peligro latente, y ambos consiguen orbitar entre las dos posibilidades muy convincentemente. Pero si tuviéramos que elegir a un ganador del trío, sería sin dudas Colin Firth, quien demuestra una vez más que es de lo mejor que se puede pedir en el cine actual anglosajón.
La clave de esta clase de thriller psicológico está en el giro. Ese momento donde la historia se explica y no sólo todo tiene que cerrar, sino que además es de agradecer que sorprenda. "Antes de Despertar" cuenta con un giro estupendo, a la altura de todo lo que prometió previamente la película y que no decepcionará ni al más exigente. Sí puede molestar- un poco, sólo un poco- que se estira narrativamente un poco más allá del descenlace (del clímax propiamente dicho) hasta agregar un epílogo innecesariamente edulcorado. Pero bueno, sobre gustos no hay nada escrito y quizá muchos espectadores agradezcan algo de amabilidad después de tanta tensión. Lo que sí, se trata de un filme bien logrado, bien actuado y bien construido. Tres razones de peso para ir al cine. Buen 3. Por Fito.

Puntajes:

Federico:

Fito: 3

Gastón:

Leo: 3

Martín:

Rodrigo:

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