Dennis Quaid interpreta por octagésima vez a un poli obsesionado que enfrenta a un/unos asesinos en serie con truco. La cosa no arranca mal, planteando una situación interesante (vista mil veces, pero rendidora en un principio) y hasta tiene un giro interesente promediando. Y aquí termina todo lo bueno. A 50 minutos del final, todos tenemos más que claro quien es el malo, que va a pasar y sólo resta que la edición videoclipera de Arlund (no en vano filmaba videos para Metallica) apure la cosa. Se podría reflexionar sobre lo gastados que están algunos guiones en la industria Hollywoodense, pero dejemoslo hasta un film al menos un poco mejor. Este es un 1. Por Fito.Puntajes:
Christian:
Fito: 1
Gastón:
Martín:
Rodrigo: 2
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