A ver, es la cuarta parte de la legendaria saga que inmortaliza a Stallone sobre el boxeador Rocky Balboa. De una cuarta parte, se supone que uno no debe esperar mucho, y para mi entender, esta película tiene dos formas de verse. Si se ve como una película hecha en serio, que intenta entregar un mensaje… pues bueno, debo decir que es bastante infumable. La otra opción es verla como una comedia del ridículo, propia de una época de contraste y enfrentamiento constante entre USA y la URSS, en donde los soviéticos son perpetrados como los peores ogros malévolos y comeniños de la historia, y los americanos heroicos, triunfales y exitosos. En ese plan, y como comedia, rinde bastante, porque se vuelven tan absurdos la mayoría de los planteamientos, que al menos a un servidor, le terminaron resultando graciosos. Tiene mil detalles, muy cuidados que la hacen graciosa: el entrenamiento “natural” de Rocky frente a la preparación rodeada de máquinas y agujas con esteroides del villano ruso Ivan Drago (interpretado por Dolph Lundgren), los comentarios de los relatores en el ringside en la pelea final que recalcan que nunca en su vida han presenciado un ambiente tan hostil en contra del campeón Balboa (mismo ambiente que al final de la pelea termina vitoreando a Rocky a morir, porque él es TAN bueno que les toca el corazón y convierte los abucheos en apoyo incondicional) o las escenas de box, en donde ambos contendientes soportan un castigo que ningún boxeador en la historia sería capaz de soportar por más de medio round. Lo dicho, como comedia y como reflejo de una época, me vale un 3. Por Rodrigo.
Puntajes:
Federico: 2
Fito:
Gastón: 2
Martín:
Rodrigo: 3
Promedio Tripartito: 2.66
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