Reincidimos con Argento. El italiano presenta en esta ocasión un clásico policial de misterio, se produce primero un robo luego una serie de homicidios en Milán, que lleva a un impávido periodista (James Franciscus) y a un ciego fanático de los crucigramas (Karl Malden, imponente) a investigar. Y durante media película, Argento hace bien las cosas. Hay intriga, hay una sólida investigación, hay buena química entre sus personajes. Más luego, como suele ocurrir con el director italiano, parece perder el interés. El ciego desaparece sin razón alguna durante largo rato y la cosa se desvirtúa al punto de que, para cuando llegamos al final, no nos importa gran cosa ni el destino de los personajes ni quien, en definitiva, es el asesino. Un 2. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 2
Gastón:
Martín:
Rodrigo: 3
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