Non-Stop de Jaume Collet-Serra (2014)

Hacia mediados de la década de los 90s y completamente dedicada a albergar las bateas de los video clubes llenos de VHS llegaba Turbulence, un inverosímil thriller de acción y suspenso dónde a bordo de un avión la azafata Lauren Holly enfrentaba al psicópata Ray Liotta sin ninguna chance de escaparse, encerrada a varios miles de metros de altura. Esta película, bastante mala por cierto, generó una improbable saga (Turbulence 2: Fear of Flying, con Craig Sheffer y Tom Berenger y Turbulence 3: Heavy Metal, con Gabrielle Anwar y Rutger Hauer) dónde lo único que se mantenía en común era la situación: un tenso enfrentamiento entre criminales y héroes a bordo de espacio cerrado sin posibilidades de escape. Ya puestos a divagar, la divertidísima Snakes on a Plane podría perfectamente ser parte de esta saga, por compartir sus pautas. Y Non-Stop bien podría ser el formato al que una idea como esta ha evolucionado pasada la primera década del siglo 21.

La historia comienza con el Marshal aéreo Brian Marks (Liam Neeson) un veterano de mil vuelos que ha visto mejores tiempos. De hecho, está tocando fondo. En rápida sucesión lo vemos entonarse con varios whiskys antes de entrar al aeropuerto- el que recorre completamente fuera de sí-, discutir por teléfono con su supervisor, subirse medio en órbita al avión y hasta fumarse un cigarro a escondidas en el baño una vez hubo despegado. Y ahí la cosa se pone turbia: Marks comienza a recibir mensajes de texto en su celular, por una línea segura, que le informan que morirá un pasajero del vuelo cada 20 minutos salvo que se deposite la ridícula suma de 150 millones de dólares en una cuenta. No exactamente lúcido, Marks comienza a tomar decisiones cuestionables y la cosa se complica, sobre todo al cumplirse los primeros 20 minutos y la amenaza demuestra ser real.

Neeson es uno de esos actores que ha reinventado su carrera (como Matthew McConaughey de comedias románticas a películas series o Alec Baldwin de galáncete a veterano actor "de carácter") en su caso, como convincente héroe de acción. Con su más de metro noventa y una voz profunda y grave que haría palidecer al Batman de Christian Bale, Neeson convence como tipo capaz de liarse a golpes con tres o cuatro adversarios o bancar un extintorazo en la cabeza. Además, es muy buen actor. Por tanto, es capaz de llevarnos de la nariz y a la carrera por la película sin darnos tiempo a empezar a cuestionarnos todos los aspectos flacos de su argumento.

El chantajista y asesino se encuentra a bordo y Marks comienza una desesperada carrera para descubrir quíen es antes de que se cumplan otros 20 minutos. Y acá ayuda lo acertado que es el casting del elenco secundario. Un reparto muy completo- que va desde la otrora estrella Julianne Moore, pasando por la protagonista de Downtown Abbey Michelle Dockery, Scoot McNairy, Corey Stoll, la oscarizada Lupita Nyong'o (esto es antes de su Oscar, así que no esperen que diga frases de más de ocho palabras), Anson Mount, Shea Whigham, Linus Roache y Jason Butler Harner- se encarga de que cada momento en que se vuelven sospechosos de este whodunit o aliados del Marshal sea convincente y realmente nos pasemos toda la película tratando de adivinar quién lo hizo (o en este caso, quien lo hace).

Es verdad que a la hora de cerrar, el argumento hace agua (digamos que las motivaciones del villano no están a la altura) pero es esa clase de películas que te lleva a la carrera y no da respiro. Esa que conviene ver sin pensar mucho. Y hay que decir que la labor del director Jaume Collet-Serra no podría ser más funcional al respecto. El catalán- responsable de la entretenida House of Wax y la imprescindible Orphan- ha encontrado un nicho como director de películas de acción (iniciado justamente junto a Liam Neeson en la tonta Unknown) y es un hombre que sabe narrar perfectamente lo que hace, lo que pasa y cada secuencia que interesa.

Muy disfrutable para su visionado en cine, Non-Stop es un sólido divertimento, bien actuado, bien dirigido y extremadamente funcional. Puramente un escapismo, es tan válido como dejarse llevar en un viaje de hora y media a bordo de un avión y disfrutar de la película de a bordo, que por lo menos no es un bodrio con Will Ferrell. 3. Por Fito.

Puntajes:

Federico:

Fito: 3

Gastón:

Leo:

Martín:

Rodrigo:

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