Esto lo vimos antes, es un interesante acercamiento a hacer cine diferente, pero tampoco reinventa la pólvora. Sin ir demasiado lejos, el concepto lo puede uno encontrar en la fenomenal Buried de Rodrigo Cortés (2010) o en la propia Phone Booth de Joel Schumacher (2002), concediendo que este intento tiene un twist diferente, que es el de no tener la urgencia de la situación "vida o muerte". Obra de un solo hombre, un muy sobrio Tom Hardy que maneja su automóvil a través de la ciudad a medida que habla por teléfono lidiando con una situación que representa un desafío importante a su carrera y su estilo de vida. A mí me funcionó correctamente sin mucho más que eso tampoco. 3 puntos. Por Rodrigo.
Puntajes:
Federico:
Fito: 4
Gastón:
Leo:
Martín:
Rodrigo: 3
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