Lo sé, lo sé. La precuela de la precuela de una saga como La Momia no era tampoco algo como para chuparse los dedos de expectativa. Pero bueno, estaba en el cable y... Aquí se cuenta el origen de Mathyaus, el guerrero que será finalmente un villano, pero en sus jóvenes encarnaciones es un héroe puro e irreductible. La fantasía heroica de bajo presupuesto tiene ejemplos divertidos (Krull el conquistador con Kevin Sorbo, por ejemplo) pero aquí tenemos un extraño desaguisado que mezcla mitologías (nuestro Rey Escorpión escabecha al Minotauro, nada menos), un viaje a lo Sinbad que incluye una visita al infierno, un chino karateka, y de las peores actuaciones que se puedan imaginar. Amaga a repuntar con un grupo interesante de secundarios a la mitad, pero su función será morirse para que vayamos descubriendo que mortales son los peligros que encuentra el héroe. Un 1. Por Fito.
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