Michael Caine es Harry Brown un jubilado octagenario que pasa sus días en un suburbio londinense que ha visto mejores épocas, tomando una pinta de cerveza y jugando al ajedrez en el pub con el único amigo que le queda vivo. Pronto, la violenta realidad social del barrio (un grupo de delincuentes que nada tienen que envidiarle a los planchas) lo afecta directamente y hete aquí que venimos a descubrir que el amigo Brown es un ex Marine que hizo muchas cosas, y feas, en las represiones en Irlanda. A partir de ahí tenemos una suerte de Vengador Anónimo anciano, lo que a priori no es malo, pero algunas decisiones raras en su guión, sobre todo al final, y lo torpe del uso (y sorprendentemente también de su actuación) del personaje de Emily Mortimer lo dejan en un tibio 2. Por Fito.
Puntajes:
Fito: 2
Gastón:
Martín: 2
Rodrigo:
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