Cuarta entrega de la saga protagonizada por la inexpresiva Milla Jovovich y el regreso a la misma de Anderson, director de la primera (y única mirable) parte. La cosa arranca con una absurdísima secuencia de acción en Japón, con Alice enfrentando (una vez más y van...) a la Corporación Umbrella. Es de una estupidez tal que no puede ir peor. Y no lo va, de hecho. Luego de esta especie de obligación (que al fin y al cabo, cumple con cerrar lo que quedó abierto en la tercera) nos vamos a una cárcel en el medio de Los Angeles, a un nuevo grupo de secundarios y la cosa mejora algo, pero el cúmulo de clichés y que desembocamos en otra escena imbécil de acción al final (y un nuevo final abierto! Yupi!) hacen de este un producto descerebrado y cuasi insultante. Un 1, si señor. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 1
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
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