Un asesinato cometido por protestantes de Irlanda del Norte contra católicos de ese mismo país deviene en el encuentro 33 años después entre el victimario (tan solido como de costumbre Liam Neeson) y el hermano de la víctima (un James Cavill algo sobreactuado). De este choque se reflexiona un poco sobre la realidad en Irlanda del Norte y el fanatismo que allí impera, pero desvirtúa en una película excesivamente dialogada (que además tiene larguísimos monólogos internos de ambos personajes) que por momentos pierde el rumbo. De todos modos, alcanza el 3. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 3
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
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