Man Of Steel de Zack Snyder (2013)

Se ha hablado mucho al respecto de cómo la eterna competencia en el mundo del cómic estadounidense –DC vs Marvel- se ha trasladado al mundo del cine, con una clara victoria de Marvel, no sólo por todo lo relacionado a Los Vengadores sino por la saga de los X-Men o Spiderman además, sobre su clásico rival que apenas si con Batman logra competir. Conscientes de ello, en Warner (propietarios de DC Comics) buscaron emular los éxitos logrados con el hombre murciélago traspolando al último hijo de Kriptón al artífice de aquellos: Christopher Nolan. Nolan, asociado para la ocasión con el director Zack Snyder (que tan bien ha adaptado otras historietas como es el caso de 300 o Watchmen), buscaron lograr la misma mística, la misma contundencia, la misma grandiosidad, que habían logrado antes.
Para ello, y esto es sin dudas aplaudible, buscaron apropiarse del personaje. Hacerlo suyo. Y no dudaron en aplicar todos los cambios que consideraron necesarios (esos que hacen que los fans a ultranza se arranquen el cuero cabelludo). Hay cambios de etnia y de género en personajes tan paradigmáticos como Perry White y Jimmy Olsen. No hay identidad secreta para el protagonista. No hay kriptonita. Y a Lex Luthor no siquiera se lo menciona. Y hay que reconocer que nada de esto afecta o condiciona el resultado. Son cambios valientes, realizados en pro de lograr una obra propia y autentica, la cual se nota fue tratada con cariño por los realizadores Snyder y Nolan (con el agregado de otro veterano de las películas de Batman, David Goyer, en el guión).
Este coraje en la búsqueda de su propia versión es por lejos lo mejor de Man of Steel. Esto, junto con grandes aciertos en la elección del elenco, dónde Henry Cavill cumple acertadamente en un rol al que el mundo entero tiene asociado a Christopher Reeve, logrando un Superman joven, iniciático. Que busca todavía su lugar en el mundo, heredero último (o no tanto) de su planeta natal pero depositario de las mejores condiciones de su planeta adoptivo. Amy Adams hace una buena Lois Lane, con más participación al inicio y medio transformada en comparsa y chica a rescatar de caídas en la recta final. Para las figuras paternas, el filme se reserva lo mejor: Russell Crowe como Jor-El (y protagonista exclusivo de una extensa escena inicial que transcurre en Kriptón que se cuenta dentro de lo mejor de la película) y un muy sentido Kevin Costner como Jonathan Kent, quien junto a Diane Lane, brindan humanidad al protagonista. Y cómo suele ocurrir en este tipo de películas, el villano de la función es quien brinda el mejor personaje. El Zod de Michael Shannon es tremendo. Provisto de motivaciones contundentes que lo rescatan de ser un villano simple, es una entidad de poder, capaz de arrasar los planetas necesarios con tal de lograr lo que cree correcto. Un rival a la altura del personaje de Superman.
La historia no varía demasiado de lo que se conoce. Kriptón explota y su único sobreviviente es criado en la Tierra. Allí, reciba las enseñanzas de su familia adoptiva y vaga por el mundo tratando de entender qué es ser un humano, al tiempo que busca sus verdaderas raíces. Un argumento un tanto simple, que además se precipita de repente con la llegada de otros kriptonianos que lo buscan y que hacen que de repente todo se vuelva algo atropellado. Nuestro héroe no acaba de calzarse la capa y las mallas que ya está enfrentando su máximo desafío. Y esto complota en contra de la épica que busca el enfrentamiento final (extenso enfrentamiento final) ya que Superman como tal no ha sido desarrollado en lo absoluto para el momento que las fuerzas armadas terrestres (o estadounidenses, que para el cine de Hollywood siempre viene a ser lo mismo) se alinean a su lado para combatir la amenaza. Evidentemente, el espectador sabe quien es Superman y qué es lo que hace, pero esto no rescata de todos modos el fallo en la construcción de una aventura más cinematográfica.
La mano de Nolan está presente todo el tiempo (reflejada en la banda sonora de Hans Zimmer, que no para un segundo como en todas las películas de Nolan) y esto se ve en la elección del tono de la película. La solemnidad y la intención de una tragedia casi que griega es el objetivo de Man of Steel. Y como en el caso de la épica, tampoco está construida del todo. Al punto de que sobre su recta final se intercalan un par de chistes pavos, que no funcionan, pero que nos revelan que los propios realizadores no estaban muy convencidos de haber logrado esa solemnidad tampoco.
En definitiva, Man of Steel es un buen aporte al mundo de Superman y sale con buena nota en cuanto a producciones sobre los personajes DC se refiere. No logra sin embargo ser mucho más entretenida que cualquier película de acción promedio y que si encima la comparamos con las producciones Marvel, Los Vengadores sigue siendo mucho mejor. 3. Por Fito.

Puntajes:

Federico: 1

Fito: 3

Gastón:

Leo: 2

Martín:

Mauro:

Rodrigo: 3

Promedio Tripartito: 2.25

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