Cuando una película abre con un texto que reza "Existen dos posibilidades: que estemos solos en el Universo, o que estemos acompañados. Ambas son igualmente aterradoras" de autoría de Arthur C. Clarke (uno de los mayores escritores de Ciencia Ficción, responsable de la novela "2001: Odisea del Espacio") poco misterio queda por resolver a la hora de descubrir qué es lo que acecha a la familia Barrett, los protagonistas de la película. "Los elegidos" presenta a dicha familia- padre, madre, dos hijos- que están pasando por un mal momento económico (desocupado el padre, que es arquitecto, la madre, una ineficaz vendedora de bienes raíces) sin demasiadas perspectivas de solución que para colmo de males, empiezan a experimentar extraños sucesos en su casa durante la noche: la heladera es devastada aparentemente por un animal, las botellas son colocados en extraña forma sobre la mesada (y por si quedaba alguna duda proyectan en el techo los mismos signos que aparecen históricamente en los campos de cultivo, supuestamente evidenciando presencia extraterrestre), las alarmas se disparan al parecer sin motivo, etc. Nosotros los espectadores lo tenemos claro desde un primer momento, pero para la familia el misterio de lo que está pasando es el asunto a resolver, sobre todo a medida que empiece a ponerse más física la amenaza y a las claras comience a demostrar su letalidad.
La primera media hora es de lo mejor de "Los elegidos". La construcción que hace Scott Stewart- director y guionista del filme, conocido por un par de mamotretos inmirables como son "Legion" (2010) y "Priest" (2011) ambos inútiles intentos de transformar al flaco Paul Bettany en estrella del cine de acción- de esa familia es estupenda. Cargados de detalles verosímiles- cierta tensión en la pareja por la situación económica pero sin caer en el melodrama; el despertar sexual del hijo adolescente- y apoyado en las buenas actuaciones de su pareja protagónica (la televisiva Keri Russell y el desconocido pero muy efectivo Josh Hamilton), los Barrett se nos presentan como seres de carne y hueso, creíbles, y por tanto nos ponemos inmediatamente de su lado a la hora que la amenaza vaya complejizándose. Es en esta evolución de la amenaza dónde Stewart muestra demasiado sus fallas.
Todo lo que ocurre en "Los elegidos" es de manual. La progresiva evolución de los ataques a la casa- que no escapan a clichés como animales afectados por la presencia alienígena, el hijo menor que tiene su momento "Sexto Sentido" de contacto con los aliens- la incredulidad ante lo que está ocurriendo; el momento "falso documental" cuando llenan de cámaras la casa; el viejo sabio (acá el estupendo J.K. Simmons) que les explica (y a nosotros con ellos) que es lo que está pasando; etc. Y es sobre este argumento manido y trillado que la película se tambalea por momentos. Cuando lo que ocurre es tan rutinario que podemos adivinar que va a acontecer a continuación casi que con exactitud- incluidos el par de sobresaltos de manual que se esperan de estas producciones- es difícil sostener el interés.
Y sin embargo, el interés se sostiene (con alfileres, pero bueno). Hay cierta dignidad en "Los elegidos", en la seriedad que se toma consigo misma y con lo que plantea- alejada por completo de cualquier aire de parodia o descanso humorístico- que la asemeja a la reciente- y mucho mejor- "El Conjuro", si cambiamos extraterrestres por fantasmas. Y al igual que en la gran película de James Wan, acá el clímax final es estupendo. El enfrentamiento final entre los Barrett y los alienígenas es digno, bien realizado, tenso y creíble.
Aunque probablemente los amantes del cine de terror y fantástico encuentren bocados más de su agrado en el Festival de Cine Fantástico que acaba de comenzar en el Cine Universitario, "Los elegidos" no es una mala muestra de cine de género producido con un presupuesto mediano y una realización digna. No inventa la pólvora ni mucho menos pero cumple con corrección. 3.
Puntajes:
Federico:
Fito: 3
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
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