Gojira de Ishirô Honda (1954)

Como se viene próximamente una nueva encarnación del inmortal Gojira (o Godzilla, como se lo conoce internacionalmente) me mandé a ver la primera versión, la original que inició todo. Producto de una década, los 50s, dónde la paranoia nuclear llenó de monstruos el mundo del cine- aunque en el caso de Japón, más que paranoia era el fresco recuerdo de los horrores apenas ocurridos años antes- Godzilla destacó por su caracter destructivo y se consagró como uno de los más tremendos exponentes del género (quizá sólo comparable a King Kong). En esta, su primera encarnación, se cuida mucho el suspenso al principio (barcos van desapareciendo sin que nadie pueda explicar porqué) y para cuando Godzilla ataca, lo hace en toda su gloria, arrasando Tokio hasta los cimientos. Los efectos especiales son aún decentes- y estamos hablando de un tipo en un traje de lagarto aplastando miniaturas- y la película plantea un fuerte alegato antibelicista y antiarmamentista que resuena fuerte dado el contexto en que fue filmado. El punto flaco son los personajes- que son muchos: un paleontólogo, su hija, el prometido de su hija, un científico que era el prometido anterior de la hija, un periodista, un físico, el hermano de una de las primeras víctimas del monstruo- que tienen un atisbo de personalidad e incluso algún conflicto (el paleontologo quiere estudiar a Godzilla no destruirlo, la hija no le ha contado a su ex prometido que existe un prometido actual, etc.) pero que nunca llegan a tener peso real en la trama y los minutos que se le dedican funcionan a modo de lastre. Igual quedamos en un 3, porque no todos los días se inventa un monstruo inmortal en el séptimo arte.

Nota: el título internacional es Godzilla.

Puntajes:

Federico:

Fito: 3

Gastón:

Martín:

Rodrigo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores