Benjamín Espósito (Ricardo Darín) es un empleado de la corte judicial recientemente jubilado que decide matar el tiempo libre escribiendo una novela. Además, buscará hacer catarsis con un caso que quedó atrás en el tiempo (la causa Morales) que sacudiera hasta los cimientos la vida de todos los involucrados, incluyendo la propia. Juan José Campanella construye sin dudas uno de los films del año, combinando en este clásico policial negro (negrísimo) un poco de romance y hasta algunas pinceladas de humor (que en su mayoría pasan por la increíble actuación de Guillermo Francella, que se roba todas y cada una de las escenas donde aparece, como Pablo Sandoval, EL personaje de este film) de manera magistral. La joven esposa de Morales (Pablo Rago) es salvajemente asesinada en 1974 y es tanto lo afectado que queda su esposo, que lleva a Espósito a tomarlo de manera personal. El misterio es muy sólido y por encima de todo, extremadamente verosímil. Las complicaciones que viven los personajes son muy a la manera de hacer cine argentino, fundamentalmente vinculadas con los problemas de su entorno (en este caso, mayoritariamente el proceso dictatorial por el que transita gran parte de la cronología de la película). Todo, absolutamente todo el elenco es destacable, así como la dirección y un guión sin fisura alguna. Además, hay una escena promediando el film (que no develeramos aquí) de esas que sacan el aliento. Un engañoso plano continuado de más de 10 minutos, donde Campanella demuestra que corre por delante de sus mayores competidores en la región, con varios pasos de ventaja. Asi mismo, el terriblemente oscuro final es de esos que sacan el aliento. Imperdible. Por Fito.
Puntajes:
Christian:
Federico: 5
Fito: 5
Gastón: 4
Martín: 5
Rodrigo: 5
Promedio Tripartito: 4.80
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