Robert Ryan es un policía violento al que se le encomienda ayudar en la investigación de un crimen en una pequeña comunidad rural. Lo que comienza como una sólida presentación y puesta en escena del personaje -la parte del metraje que transcurre en la ciudad es increíble- se desbarranca en la media hora final. Con un estupendo secundario en manos de Ward Bond, el asunto policial se va disolviendo en un drama psicológico o drama psicológico criminal. La fotografía es sublime al igual que la banda sonora de Bernard Hermann. Un 3. Por Martín.
Puntajes:
Federico:
Fito: 3
Gastón:
Martín: 3
Rodrigo:
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