Si algo deja claro Hollywood actualmente es su ansiosa sed por cualquier historia que pueda rendir económicamente. Por tanto, no es de sorprender que con el cuerpo todavía tibio de Steve Jobs (1955-2011) se anunciaran sendas producciones cinematográficas sobre su vida y sus milagros, entre ellas “iSteve”- producción independiente bastante inclinada hacia la comedia, protagonizada por Justin Long-, una escrita por el amo de los diálogos rápidos e inteligentes Aaron Sorkin- todavía sin título o fecha de rodaje- y esta que aquí nos ocupa “jOBS”. Como suele decir el dicho “el que pega primera, pega dos veces”, probablemente nos encontremos entonces frente a la que será a la postre la imagen definitiva y más aceptada del que fuera el genio detrás de la creación de Apple.
“jOBS” no toma riesgos formales o narrativos. La película dirigida correctamente por Joshua Michael Stern y escrita por Matt Whiteley nos ubica primero que nada en 2011, con Jobs tal y como pasará a la historia (algo calvo, canoso) presentando frente al aplauso de sus propios empleados el iPod. Inmediatamente la historia salta a su pasado universitario- mediados de los setenta- y de allí irá repitiendo el mecanismo habitual de muchas biopic: ubicarnos temporal y geográficamente ante cada escena, cada hecho importante o relevante en la vida del protagonista.
Probablemente, lo más aplaudible sea que no se realiza un relato complaciente o apológico sobre Jobs, que es presentando incluso como un sujeto bastante oscuro- capaz de timar económicamente a sus amigos, ser tremendo déspota en el trabajo, o negar su evidente paternidad ante una hija que pasan los años y se niega a verla- al mismo tiempo que es capaz de desarrollar genialmente productos que en definitiva cambiarían la manera de vivir de la humanidad toda. La película logra presentar a un protagonista cargado de matices, que comete no pocos errores y algunos aciertos, quien en definitiva paga las consecuencias por no lograr dominar sus demonios internos.
Más allá de esto, también se nos muestra los avatares de la propia empresa Apple, como fue fundada por Jobs y sus amigos en un garaje para terminar transformándose en una trasnacional capaz de despedir a su propio fundador. Esto, junto con los avances tecnológicos que genera la empresa, será de especial agrado para todos los fans de Mac o Apple, ya que los muchos trapitos oscuros de la historia de la compañía se secan al sol.
Como biopic, “jOBS” funciona más como un disparador que como obra completa. Muchos aspectos del protagonista, sus secundarios o la empresa Apple misma son narrados como al pasar y quien espere llevarse un relato completo o detallado no lo conseguirá. Si genera un genuino interés en aprender más sobre estos sucesos o personas y apuesta a que el espectador con algo de iniciativa llegará luego a su casa a hacer sendas búsquedas en Wikipedia. Está bien que sea así, que no de todo por masticado o servido y exija del espectador curiosidad para completar aquello que ha visto.
Muchas incógnitas despertaba la elección de Ashton Kutcher para el rol de Steve Jobs. Kutcher, un actor joven que saltara a la fama por comedias de las buenas (la genial serie “That 70's Show”) o de las malas (“Dude, Where's My Car” o la desgracia que está haciendo ahora con “Two and a Half Men”), se enfrenta con decisión al rol y logra convencer- por momentos amaga a sobreactuar, pero por fortuna son los menos- durante toda la película. Lo ayuda un completísimo elenco secundario, verdadera multitud de caras conocidas (Dermot Mulroney, Lukas Haas, Matthew Modine, JK Simmons, Ron Eldard, etc.) que hacen su parte.
En definitiva, un correcto retrato sobre una de las seguras personalidades de los siglos 20 y 21, un polémico creador que es en parte responsable de casi todos los elementos tecnológicos que usamos hoy día, de lograr en definitiva democratizar algo tan elitista como era en un principio la computación y que permitió, entre muchas otras cosas, que un negado tecnológico como quien suscribe pueda utilizar una computadora para ganarse la vida. 3. Por Fito.
Puntajes:
Federico: 2
Fito: 3
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Rodrigo:
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