Exodus: Gods And Kings de Ridley Scott (2014)

A la hora de reseñar "Éxodo: Dioses y Hombres" existe una problemática: es imposible no partir de un prejuicio. Sí el espectador se encuentra dentro de los creyentes religiosos, verá una reconstrucción sumamente fidedigna del Antiguo Testamento y en particular de la historia de Moisés, que es de suponer será de su agrado. En cambio, si no comparte las creencias religiosas, le resultará muy dificil no interpretar gran parte de lo que ve como proselitimo religioso, como un extenso panfleto de más de dos horas y media dónde todos los hébreos son buenos, todos los egipcios son malos, unos merecen la tierra prometida, los otros están allí para someterlos, y así.
Es más, incluso en los tiempos que corren y el actual conflicto en Gaza, Palestina e Israel, es todavía más difícil sustraerse del contexto- de la realidad, en una palabra- y lograr mirar esta película como meramente una película cualquiera. Es fácil encontrar significancias externas a cada paso, a cada declaración del filme y, a su vez, darle la carga conceptual- política o religiosa- que surge con sencillez.
¿Pero que pasa con el hecho cinematográfico? Si logramos abstraernos de todo lo anterior- y haríamos bien, porque estamos ante una película y nada más que una película- ¿que encontramos? Pues encontramos que Ridley Scott sigue algo perdido. El que otrora fuera uno de esos directores imprescindibles, dueño de un trío de filmes ("Los Duelistas", "Alien" y "Blade Runner") que compite tranquilamente por el mejor inicio de una carrera cinematográfica de todos los tiempos, sus últimas películas carecen de fuerza, interés real, buenas historias, etc. Son regulares en el mejor de los casos o sencillamente malas. En esa bolsa caen sin dudar "Cruzada", "Robin Hood", "Prometeo" y muy especialmente "El abogado del crimen". No en vano, a la hora de publicitar sus películas, Scott tiene que echar mano del rótulo "del director de Gladiador", que es una de sus últimas películas decentes.
Aquí, se suma al actual revisionismo del género bíblico, que en su moderna encarnación puede llegar a ser "torture porn" como es el caso de la efectiva "La Pasión de Cristo" o un alegato pro vegano como es "Noé". Ante estos ejemplos, la postura de Scott es bastante más clásica, si se quiere, y asume una narración y una adaptación bastante literal sobre lo que cualquiera conoce sobre Moises (haya leído la Biblia o no).
Y como suele ser el Scott reciente, no es la suya una historia de sutilezas. Los hébreos, conducidos por Moisés (Christian Bale) son sufridos, abnegados, víctimas de los malvados egipcios, liderados por Ramses II (Joel Edgerton), esclavistas crueles sin demasiados matices. Y lo único que permite que esta premisa esquemática no hunda la historia, es la entrega de sus protagonistas. Bale construye un Moisés inmenso, con una entrega total, un personaje de esos complejos como bien le gustan al actor galés. Cierto es que le toca lo más fácil, ya que este Moisés es un personaje con el que es fácil empatizar. Más dificil lo tiene Edgerton con su Ramses caprichoso, infinitamente cruel, obtuso, pero aún así, el australiano logra sacarlo adelante. Hay un enorme elenco que secunda a los actores mencionados (Aaron Paul, Ben Kingsley, John Turturro, Sigourney Weaver) pero a decir verdad no pasan de ser meros cameos glorificados. La cosa es de a dos, nomás.
Sin dudas lo más interesante de esta versión de Scott (que, por si se lo preguntan, es un agnóstico reconocido) es su visión de Dios, profundamente fiel al Dios del Antiguo Testamento, un Dios con el que no se convenía joder, la verdad. Aquí, representado como un niño pequeño de bastante mala cara, hace caer las terribles plagas sobre Egipto y nunca antes las plagas en cuestión se vieron tan tremendas.
Y eso nos lleva a otro punto inevitable del cine bíblico: el espectáculo. Y en eso, a Scott no se le puede reprochar nada. Los momentos en que se permite ser épico en "Exodo", lo es a todo trapo. Las ya mencionadas plagas o el Mar Rojo que se abre sobre el final son prodigio de efectos especiales y resolución técnica.
Y por lo demás, podemos retomar la idea de un principio. "Exodo: Dioses y Hombres" es una gran recomendación para amantes del género y una tibia recomendación para espectadores en general. Es una película despareja pero ambiciosa. Irregular pero con momentos muy bien logrados. No es imprescindible pero tiene lo suyo como para verla. 3. Por Fito.

Puntajes:

Federico:

Fito: 3

Gastón:

Leo:

Martín:

Rodrigo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores