O la juventud de fines de los 80s y principios de los 90s en el Reino Unido totalmente perdida y descarriada. Un ejercicio de perdición absoluta a través de la vista y vida de cuatro jóvenes y un Robert Carlyle no tan joven pero bárbaro en el papel. Boyle explora el desinterés en extremos, el aburrimiento completo de una generación que no parece tener por qué pelear ni contra qué revelarse más allá de su propia monotonía y su propia mediocridad. La drogadicción es el eje sobre el cual todo se mueve, pero Boyle sobresale por la impronta que le pone a su película, por un soberbio trabajo de edición y por un trabajo brutalmente directo. Tiene secuencias violentas y bravas de digerir. Es difícil destacar actuaciones, todo el mundo rinde parejo. Sólido 4. Por Rodrigo.
Puntajes:
Federico:
Fito: 4
Gastón: 4
Martín: 4
Rodrigo: 4
Promedio Tripartito: 4.00
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