Buñuel explota al máximo en su segundo filme las premisas estéticas y teóricas de UN CHIEN ANDALOU. La historia se ata más a un plano lineal aunque van apareciendo, de forma soberbia, los destellos oníricos y antinarrativos más caros a la escuela surrealista. A modo de ejemplo: cuatro obispos sentados sobre unas rocas en la playa que, en un segundo, mutan en calaveras visitadas por hormigas. Grande don Luis! Un 5. Por Martín.
Puntajes:
Federico:
Fito:
Gastón:
Martín: 5
Rodrigo:
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