L'age D'or de Luis Buñuel (1930)

Buñuel explota al máximo en su segundo filme las premisas estéticas y teóricas de UN CHIEN ANDALOU. La historia se ata más a un plano lineal aunque van apareciendo, de forma soberbia, los destellos oníricos y antinarrativos más caros a la escuela surrealista. A modo de ejemplo: cuatro obispos sentados sobre unas rocas en la playa que, en un segundo, mutan en calaveras visitadas por hormigas. Grande don Luis! Un 5. Por Martín.

Puntajes:

Federico:

Fito:

Gastón:

Martín: 5

Rodrigo:

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