Hay que ver que Aronofsky no es un tipo fácil. En esta película se embarca en una reflexión acerca de la eternidad, el amor por un alma gemela y la posibilidad de que la muerte sirva como un renacer. Todo esto desde el punto de vista de un científico que intenta descubrir una cura para el cáncer de su pareja a partir de un árbol centroamericano. En el medio tenemos la historia del "conquistador" Hernán Cortes, tratando de llegar al árbol. Toda la atmósfera surrealista que quieran está a la orden del día, y visualmente la película es deslumbrante. Para mi gusto se derrumba por caer demasiado en el divague y en la fragilidad del sostén argumental. Apenas 3. Por Gastón.
Puntajes:
Federico:
Fito:
Gastón: 3
Martín:
Rodrigo:
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