Entusiasmado por "Blue Ruin", encontré que su director Saulnier tenía otra película, su debut, unos años antes y había arrancado (como tantos otros) con una película de horror. Una comedia de horror, para ser precisos. La historia de Joe, un perdedor con todas las letras, que se manda en Halloween a una fiesta por casualidad, que resulta ser una trampa mortal. El humor funciona al principio, dónde la premisa está buena y hay algún personaje interesante, pero pronto la cosa se vuelve larga, lenta, reiterativa y sobre todo, muy aburrida. El gore se sostiene, eso sí. Es un 1, de esos a los que vamos cayendo despacio, pero seguro. Por Fito.
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