The Ipcress File de Sidney J. Furie (1965)


Michael Caine es Harry Palmer, un díscolo espía británico, miope, mujeriego y gourmet, que terminará envuelto en la investigación de unos científicos desaparecidos en un argumento muy guerra fría. Palmer es una suerte de anti-James Bond y el mundo de los espías en el que se mueve es mucho más cercano a John Le Carré que a Ian Fleming. Se ve cercado por la burocracia y por la rutina, antes que por villanos exóticos o trampas mortales. Pero no vayan a creer que su vida es aburrida. La tensión siempre está presente y a medida que avanza el argumento, los cadáveres se acumulan. Furie dirige con precisión, echando mano a planos y encuadres sorpresivos (con dos destaques: un tenso intercambio en un estacionamiento y toda la secuencia final) y entrega un filme la mar de británico y eficaz. Ah, la banda sonora de John Barry merece aplausos aparte. Un 4. Por Fito.

Puntajes:

Federico:

Fito: 4

Gastón:

Martín:

Rodrigo:

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