Un atormentado compositor (Dick Bogarde) viaja a la ciudad del título a recuperar su perdida salud. Su tormento deviene de varias pérdidas personales, pero también es una angustia filosofica: la búsqueda del ideal de la belleza, que allí, en el majestuoso hotel de Venezia que se instala (que uno no puede dejar de imaginar que así se vería el Argentino Hotel en su mejor época) se encarna en un adolescente polaco. Durante dos horas, veremos su no relación. Esto si nos ponemos muy formales, porque también se podría decir: es la historia de un viejo gay que corretea a un pendejo bastante intrascendentemente. Supongo que va de la mano de la sensibilidad de cada uno. Yo rescato una gran banda sonora, una hermosa fotografía y una interesante manera de construir el argumento, de manera no lineal. Pero quedamos en un tibio 2. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 2
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
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