Era tremendamente difícil lograr repetir el acierto que fue la temporada 2 de este western moderno y ciertamente no se logra. Para empezar, el argumento de esta nueva tanda de 13 episodios es herencia directa de la temporada anterior y la sombra de aquella amenaza que era la familia Bennett sobrevuela cada episodio (incluso, el Bennett sobreviviente- Dickie, interpretado estupendamente por Jeremy Davies una vez más, tiene un rol fundamental) y le da bastante argumento a esta. El meollo en esta ocasión viene de la mano de un mafioso de Detroit (estupendo Neal McDonough) que llega a tratar de hacerse con el negocio que quedó libre luego de la desaparición de los Bennett. Choca con Boyd Crowder (Walton Goggins en el papel de su vida) que pretende la misma cosa. Matizando entre uno y otro está Ellstin Limehouse (Mykelti Williamson, otro que está muy bien) quien controla la parte negra y pobre de la zona. Y entre todos ellos, tratando de que no le vuelen la cabeza, anda como siempre Raylan Givens (Timothy Olyphant, en un personaje que le calza a la medida y al que explota a la perfección). Un gran mérito de la serie es su inmenso caudal de personajes secundarios (con actuaciones destacables de la mayoría de ellos: Raymond J. Barry, Jere Burns, David Meunier) y que es verdaderamente impredecible. Es imposible adivinar cómo y porqué caminos continuará la historia de un capítulo a otro. Lo único que se extraña era el increíble "punch" que tuvo esa segunda temporada como historia integral. Pero acá estamos en un 4 muy, muy sólido. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 4
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
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