Bullock es Ashburn, una agente del FBI- estirada, vanidosa, amante de las reglas y las ordenanzas- que debe viajar a Boston tras la pista de un narcotraficante. Allí choca con Mullins (McCarthy), una policía local- malhablada, desprolija, grosera, sucia (otro de los tantos personajes idénticos sobre los que McCarthy viene sosteniendo su carrera)- que se mete constantemente en su camino. Bajo la tradición de cientos y cientos de “buddy movies”- esto es, cuando dos personajes de carácter disímil deben hacer frente común ante una amenaza u objetivo y terminan amigotes- sabemos desde un principio la historia a seguir: se van a pelear, van a aprender que el otro aporta a su manera, mejorarán como seres humanos y profesionales, vencerán al enemigo. Fin.
En los tiempos que corren, rara vez pedimos originalidad al cine. Ya presos de cierta resignación, nos alcanza con que la película cumpla lo que se propone y esto, en el caso que nos ocupa, sería divertir. Y hay que admitir que “Chicas…” tiene varios momentos graciosos, cuando el guión (de la escritora Kattie Dippold, veterana de series de TV como MadTV y Parks and Recreation) propone situaciones que funcionan- un personaje albino del que todo el mundo espera sea el villano, justamente porque en el cine los albinos siempre lo son; un momento donde las protagonistas mantienen a un traficante colgando de un edificio y descubren que no lo pueden subir- y que arrancan alguna carcajada. Por su parte, la dirección de Paul Feig- quien saltara a la fama (y llevara a McCarthy con él) con la pésima comedia “Bridesmaids”- es efectiva y funciona incluso en las obligadas escenas de acción. ¿Alcanza esto para hacer “Chicas…” una comedia cumplidora? No, lamentablemente no.
Le juega completamente en contra el ser predecible al extremo. Cada situación entre las protagonistas está derivada o incluso calcada de otras buddy movies, inclusive hay cierto clima que se respira similar a “Miss Simpatía” y su secuela- aquellas películas mucho más efectivas, y en un momento de mayor fama de Sandra Bullock, donde interpretaba también a una agente del FBI- así como otras tantas del mismo subgénero (“Arma Mortal” “48 hs”, etc.). También le juega en contra la absoluta falta de química entre sus protagonistas. Hay momentos puntuales donde las situaciones generadas por la película son graciosas que desembocan en un largo diálogo entre ambas actrices- ¿improvisado? Lo parece- que no tiene ton ni son y se limita a McCarthy diciendo groserías y a Bullock horrorizándose por estas. Poco puede aportar el elenco masculino, dedicado a secundarios completamente desaprovechados. Por ahí pasan el ascendente Demian Bichir, Tom Wilson, Michael Rappaport y especialmente anónimo Marlon Wayans, todos con segundos de metraje.
Tampoco “Chicas…” es una película especialmente mala. Probablemente, rinda para espectadores poco exigentes (tan segura es esta afirmación que los datos indican en Estados Unidos su exitazo de taquilla y la puesta en marcha de su secuela para años venideros). Sí es una muestra más del desgano en los grandes blockbusters y especialmente en el género de comedia. Es una muestra de otra comedia de rápido consumo de Sandra Bullock, como tantas otras que ha hecho, la gran mayoría de ellas prescindibles (hay una luz de esperanza en el futuro de la actriz: el filme de ciencia ficción “Gravity” de Alfonso Cuarón cuyo tráiler viene enloqueciendo internet). Y es otra muestra más, como lo fue la reciente e igualmente intrascendente “Ladrona de Identidades”, de que Melissa McCarthy ha construido una carrera sobre un estereotipo espantoso, grosero y asqueroso, capaz de repetirse hasta el infinito. Basta con ver las películas que tiene por estrenar en el futuro inmediato. 2. Por Fito.
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