Zulu de Jérôme Salle (2013)

Sudáfrica. Pareja antagónica de detectives: Whitaker y Bloom. Whitaker está tan bien como siempre. Bloom no está tan mal como uno podría temer. Una joven blanca es encontrada muerta a golpes y la investigación comienza. Todo esto, que es bastante promisorio al comienzo, se vuelve rápidamente muy previsible y trillado. Encima hay que soportar golpes bajos, coincidencias forzadísimas y un final lisa y llanamente inverosímil. Habría que buscar al señor Jérôme Salle y preguntarle si no le da vergüenza haber tomado un asunto tan importante y profundamente traumático como el que tomó para convertirlo en el telón de fondo de un thriller policial de cuarta con pretensiones de profundidad ideológica. La forma en la que la película se ríe tácitamente de Nelson Mandela, además, daría para escribir todo un artículo. Un 2. Por Leo.

Puntajes:

Federico:

Fito:

Gastón:

Leo: 2

Martín:

Rodrigo:

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