Y llegamos al fin de todo. Páginas y páginas se pueden escribir sobre el fenómeno Harry Potter (tanto el cinematográfico como el literario) pero nos abocaremos aquí a la película en particular como solemos hacer en la Tripartita, firmes y seguros. Nadie llega a la octava parte de algo (ni a la sexta o séptima, esta es una figura que ya hemos usado), que para colmo es la mitad de otra película, sin haber visto las anteriores y este filme sabe eso exactamente así que va al grano de inmediato. La historia retoma exactamente donde terminó la anterior y seguimos con la loca, loca carrera de Harry, Hermione y Ron destruyendo pedazos del alma de Voldemort, mientras caen como moscas aliados de uno y otro bando. El filme le es extremadamente fiel a la novela y traslada sus aciertos y sus fallos con exactitud. Así, cosas que son emotivas y acertadas del libro, lo son igualmente en el celuloide y decisiones curiosas, explicaciones apresuradas y confusas corren con la misma suerte. La batalla final transita entre momentos épicos y desafortunados vacíos. Cabe destacar, entre un elenco muy completo y sólido, algunos rostros. Ralph Fiennes borda un Voldemort brillante y es notable la cantidad de matices que pone bajo esa ñata de latex. Alan Rickman es sencillamente brillante y lo demuestra una vez más. Y por último, destaco al propio Daniel Radcliffe, al que le he caído siempre en cada película, ya que al fin (y era ahora o nunca) logra un Harry Potter jugado, metido y convincente. Cerramos con un buen filme, que por algunos momentos aislados, alcanza apenas el 4. Por Fito.
Puntajes:
Federico: 5
Fito: 4
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
Yo!... si lo pueden creer, la última Harry Potter que había visto había sido la tres y el domingo pasado fui con un amigo a ver esta. No la puntúo ni comento porque como dije, ni siquiera vi la primera parte de esta misma Deathly Hallows y sería injusto valorar algo por la mitad. Aclaro que fui únicamente por acompañar a mi amigo que las ha visto todas.
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