Un viudo millonario que vive en una olvidada finca rural (Fernando Rey) recibe la visita de su sobrina, una monjita sumisa e inocentona (Silvia Pinal). Con ese evento como disparador, Buñuel vuelve a hacerlo: el músculo se inflama, negros nubarrones se ciernen sobre los personajes, la tragedia se presenta y todo se rompe, se vuelve ajado y marchito. El director español dispara por igual sobre los ricos y los pobres, desnudando sus miserias y ahogándolos a todos en la desesperanza y la falta de creencia en la humanidad. Filme no apto para personas que pasen por un mal momento personal y, por descontado, un 5 machazo. Por Martín.
Puntajes:
Federico:
Fito:
Gastón:
Martín: 5
Rodrigo:
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